Una duda bastante frecuente es cómo saber los seguros que tiene una persona contratado. Es habitual que, ante un accidente, no se sepa que se cuenta con la protección de un seguro. Y que muchas operaciones con el banco activan la cobertura de una póliza: por ejemplo, el pago de un #billetedeavión con tarjeta de crédito suele implicar automáticamente un #segurodeVida en caso de accidente; o que el simple hecho de contar con ese medio de pago ya supone un cierto nivel de aseguramiento
La opción más fácil puede ser revisar la documentación en casa o en el correo electrónico sobre las pólizas contratadas. También se puede recurrir a la Dirección General de Seguros y #FondosdePensiones, que proporcionará información sobre los seguros que tenemos en vigor.
Un caso aparte es encontrarnos ante el fallecimiento de un familiar y no saber si tenía contratados seguros. Para ello existe un Registro de Contratos de Seguros de cobertura de fallecimiento, en cuyo mantenimiento colaboran activamente las compañías aseguradoras y que se puede consultar bien telemáticamente o bien de forma presencial.
En el caso específico del #segurodelHogar, lo primero es tener en cuenta que no es obligatorio en España. En España una cuarta parte de las viviendas no cuentan con seguro de Hogar (el de Incendios es obligatorio). Esta proporción alcanza el 75% en el caso de las que tienen cinco habitaciones o más. Y esa falta de seguro tiene consecuencias: en caso de siniestro, como una inundación, el afectado no puede beneficiarse de las coberturas que el Consorcio de Compensación de Seguros ofrece para hacer frente a los daños materiales causados por fenómenos naturales excepcionales. Y es que precisamente la condición para poder acogerse al Consorcio es estar asegurado.
Tipos de póliza
En el seguro de Hogar suele haber dos tipos fundamentales de pólizas: el Multirriesgo, que es la más frecuente, y el Todo Riesgo Accidental.
En un #seguroMultirriesgo, el contrato enumera cada riesgo que cubren (incendio, fenómenos meteorológicos y robo, entre otros), cada uno con sus limitaciones y exclusiones, pero generalmente sin franquicia.
En una póliza Todo Riesgo Accidental, la compañía de seguros cubren todos los daños originados por un accidente, con unas excepciones. En cada siniestro el asegurado pagará una franquicia y tienen alguna limitación, pero su cobertura es más amplia. Además, al ser más breve y simple, el contrato es más comprensible para el asegurado, lo que no sucede a menudo con los Multirriesgo Hogar.
Este tipo de #segurodeHogar, sin embargo, es muy poco frecuente en el mercado español. Lo normal es que la compañía ofrezca el seguro Multirriesgo y, sobre éste, se puede contratar opcionalmente la garantía de Todo Riesgo Accidental. De esta forma, el asegurado logra una cobertura más amplia. Tiene la ventaja de que, para los siniestros corrientes, no se suele aplicar franquicia. No obstante, para los cubiertos por la garantía adicional, aparte de las franquicias o daños mínimos indemnizables, pueden aparecer limitaciones (por ejemplo, una indemnización máxima de 6.000 euros por siniestro y año).
Lo más importante, asegurar la reparación
En cualquier caso, lo más importante es valorar correctamente tanto la edificación (continente) como el contenido, identificando lo que más importa para la continuidad de la calidad de vida de la familia. Aunque tengan la misma superficie y las mismas características arquitectónicas, un piso en primera línea de playa no tendrá el mismo valor que otro igual pero que se encuentra cinco calles más adentro. Volver a edificarlos en el caso de un destrozo sí costará lo mismo. Por ello, es importante asegurar el valor real de reconstrucción de la casa y no, como a menudo requieren los bancos, el capital del préstamo, ya que son cantidades que casi nunca coinciden.
Si la vivienda se encuentra en una comunidad de propietarios, habrá que averiguar si el inmueble entero cuenta ya con un seguro de edificios. En caso afirmativo, no tendría sentido para el banco exigir a su cliente un seguro para el continente, ya que se trataría de una duplicidad. Será suficiente hacer una cesión de derechos por la cuota de copropiedad poseída a favor del banco.
Otra recomendación es hacer un inventario cada tres años de todos los bienes que se tienen en la casa y con los que nos gustaría empezar de nuevo en caso de un siniestro que la destroce. El objetivo es valorar correctamente el contenido que se quiere asegurar. Pero hay que prestar mucha atención a los criterios de valoración de los bienes que adoptan las compañías. En muchas pólizas no nos pagarán los electrodomésticos si superan cierta edad y pueden aplicarnos depreciación en casi todo, echando por tierra nuestra expectativa de quedarnos como estábamos antes del percance. Y sobre todo, tener mucho cuidado con los seguros baratos o low cost, porque con toda probabilidad las prestaciones y las indemnizaciones también lo serán.
Ya que es imposible asegurar absolutamente todo, habrá que proteger adecuadamente documentos, archivos, fotos y en general cualquier elemento especialmente valioso desde el punto de vista afectivo más que material, porque el seguro no podrá pagarlos con dinero.
Otro elemento que se debe comprobar es que en caso de siniestros graves el seguro cubra unos días de hotel y hasta un año el alquiler de otra casa, en caso necesario.
También es conveniente que el capital cubierto por #responsabilidadcivil sea suficiente. El asegurado tiene que imaginarse un incendio en su casa que afecte a dos de su alrededor para calcular el impacto al que tendrá que hacer frente si no tuviera un seguro.
Hay que tener en cuenta también la cobertura de reclamación de daños, que permite sufragar los costes legales.
Belsué Mediación de Seguros
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